viernes, 29 de agosto de 2014

SAMABAJ Y LA LEYENDA DE XIBALBA

     El nuevo siglo comenzó en Guatemala con el descubrimiento de una ciudad perdida, en uno de los lugares más bellos del mundo.  Pero se tardó quince años el reconocimiento de su existencia, cómo algo más allá que una especulación.  Su nombre es Samabaj, una amalgama del nombre de su descubridor y la palabra "piedra" en lengua maya; Las Piedras de Samayoa! 
     Pero ese no es el único nombre del lugar.  Ya mucho antes de su descubrimiento, diferentes pueblos alrededor del Lago de Atitlán contaban en sus leyendas las de la ciudad debajo del agua.  Incluso los Mayas, ancestros de todos estos pueblos, tomaban el lago cómo el ombligo del mundo, la puerta a otros lugares.  El Popol Vuh, libro ancestral de nuestra nación, lo llamaba Xibalba, el inframundo.
     Ahora se reconoce que lo que hubo en el lago era un conjunto de tres islas, donde  una ciudad ceremonial surcó el horizonte frente a tres volcanes que rodean el lago.  Era un lugar mágico, que reunía a gente desde muy lejos, quienes  llegaban a hacer sus ofrendas y pedidos a sus dioses.  El centro no de una sino de muchas civilizaciones que abarcaban lo que hoy es Guatemala, y más allá.  Pero algo pasó... las tres islas desaparecieron debajo de las místicas aguas en un abrir y cerrar de ojos!  Sea por la fúria de los volcanes cercanos, o por torrentales aguas que crecieron el lago, pero fue cómo si una puerta se hubiera abierto y se hubiera tragado Samabaj.
     Tal fue el evento, que generaciones después plasmaron en el lugar una entrada al inframundo, Xibalba, donde los dioses habitan y de donde el hombre de maiz tuvo su inicio.  El Popol Vuh nos cuenta de un lugar tenebroso a veces y maravilloso, donde Doce Dioses mayores habitan, con otros Dioses menores cómo súbditos.  Un lugar debajo de la tierra (literalmente), donde pocos mortales se atreven a entrar, y muchos menos logran salir.   
     Xibalbá, lugar primordial de la civilación Maya, nacido de un evento cataclísmico,que le cambió apariencia para siempre, y lo convirtió en Samabaj!