En mi pais, tenemos la habilidad de viajar en el tiempo. Somos maestros
en esta arte, que aparentemente comenzo con nuestros ancestros, los
mayas. Esta sabia raza fue maestra del calculo, y se convirtieron en
maestros de la astrología. Se convirtieron en los amos del tiempo:
calcularon en base a los astros la duración del año, del día, y de
repente hasta de la existencia humana!
Ahora nosotros, hijos del hombre de maiz, hemos avanzado esta ciencia,
al punto de que viajamos en el tiempo con toda naturaleza. Hacemos esto
tan fácil como caminar por nuestro barrio, como peces en el agua. Y
es que aprendimos el secreto para lograr tal proeza, después de miles
de años de evolución. Y cual será este secreto, diran ustedes?
El secreto para viajar en el tiempo es este: No Usamos Nuestro
Tiempo. Utilizamos el tiempo ajeno, el de los demás, y así, nunca
gastamos el nuestro. Es muy fácil; por ejemplo, si quedamos a una hora
determinada con otra persona para una cita, simplemente no llegamos a
esa hora! El que pierde su tiempo es la otra persona, no uno.
Entonces viajamos en el tiempo… de la otra persona, y nuestro tiempo no
se agota por que no lo usamos! Si alguien nos visita, lo hacemos
esperar, por que es su tiempo no el nuestro! Resulta entonces que no
sólo usamos nuestro tiempo, sino que el de otros, y nos convertimos
nuevamente en viajeros del tiempo ajeno.
El unico inconveniente de viajar en el tiempo es que uno se puede
convertir en el reloj de otros. Esto sucede cuando otros viajan en el
tiempo de uno, y nos drenan de tan preciada esencia. Por que el tiempo
que uno pierde no se recupera, como otros no recuperan el tiempo que
nosotros les robamos. Y al final de cuentas, eso es lo que es, un robo:
le quitamos a otros algo que no nos pertenece. Entonces, ¿ por que
hacerlo?
Valdra la pena viajar en el tiempo? Hay que pensar que a la gente
no le gusta un ladrón. Esa imagen es muy difícil de quitar, aún cuando
la persona se reforme y quiera cambiar. Eso es peor cuando la imagen
es cultural, y otras sociedades nos identifican como ladrones de su
tiempo, no como viajeros del tiempo. Engendramos desconfianza, pues no
valoramos el tiempo de otros. Más bien, valoramos tanto el tiempo de
otros que lo queremos tener! Nuestros ancestros manejaron el tiempo, no
se lo quitaron a nadie…
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